Pizza sin gilipolleces

Hoy mi señora se ha ido de cenorrio por ahi. El momento de hacer cosas de hombres, de desatar las pasiones mas profundas del macho viril.
En el supermercado estaba ideando un bocata de cerdo, por el ingrediente y por cómo me iba a poner. Consistía mas o menos en solomillo de cerdo y secreto iberico en finos filetes pasado por la plancha con jamon serrano crujiente, crema de queso y salsa pesto. Una guarrada deliciosa. En ese mismo instante se han aparecido sobre mis hombros un angel y un demonio. Jessica alba (que pasa, cada uno elige a su angel) no paraba de recordarme que no estoy para excesos y Arbeloa (no se me ocurre nadie mas malo) me picaba para meter aun mas salsas. En un momento de descuido, se han enrrollado dándome una imagen horrible y una idea intermedia: Tomar los conocimientos que me había dado la hamburguesa sin gilipolleces y aplicarla en una pizza.

Ingredientes
Masa de pizza (no me voy a pasar la ausencia de mi mujer amasando)
Media lata de tomate
Setas (Girgolas, mas conocidas por Pleurotus ostreatus)
Jamon serrano
Tomates cherry
Queso brie
Emmental rayado

Cortamos las gírgolas y las pasamos por la sarten con una pizca de sal hasta que adquieran un delicioso tono dorado-marrón.

Colocamos estratégicamente los ingredientes mientras bebemos cerveza y eructamos como si fueramos ranas de doscientos kilos. Como los hombres, redios.
He puesto las setas sobre el jamon para degustarlo simultáneamente, que os pensabais que era para hacer bonito o algo asi. Es una pizza sin gilipolleces. Y ahi en el centro no hay nada, porque es una zona muy tonta de la pizza. Cualquier cosa que pongas ahi molestará cuando cojas tu deliciosa porcion. La carrera de informática te aporta un pragmatismo acojonante, amén de clases totalmente carentes de mujeres en una época de tu vida en la que son lo mas importante. Pero eso es otra historia. Foto.


La horneamos como se hornean las pizzas, que para esto no hace falta ser ingeniero y nos sale una cosa asi de rica.

BUUUUUURP

…y cuenta la leyenda que nuestro héroe no cejó en su empeño y al cabo de no mucho tiémpo comióse su legendario bocata de cerdo que provocóle regocijo y una nueva ilusión de vivir